La Recogida
Uno de los aspectos más importantes a la hora de obtener un buen zumo de aceitunas son los tiempos muertos por los que tiene que pasar la aceituna desde que se recoge hasta su entrada al molino, los cuales tienen que ser los más cortos posibles.
Es ésta, el principal motivo por el que la almazara está ubicada en una de las fincas, la premura del transporte, ya que la distancia más larga que hay entre la almazara y el punto más lejano de las mismas es de 5 km.
La recogida se hace muy temprano, dependiendo de siempre de un estado de madurez óptimo, ¿Cuándo se da dicho estado de madurez? entre finales de octubre y principios de noviembre, cuando la aceituna presenta unas determinadas pigmentaciones o cambio de color tanto en el exterior como en la pulpa, ese es el momento exacto en el que la aceituna nos va a regalar un auténtico zumo de frutas con el que poder disfrutar de su riqueza olfativa y gustativa donde encontraremos como experiencia en el aceite hasta hace poco desconocida, aromas como; el tomate, la manzana, el plátano, la yoza, la higuera, el trigo verde, la hierba recién cortada, …, en definitiva todo un mundo de sensaciones para nuestros sentidos. Esta recolección se realiza a su vez en un periodo de tiempo muy corto, ya que a medida que avanza el día a día en la recolección la aceituna va madurando aceleradamente El tipo de recogida es semi-manual, ya que el derribo de la aceituna se hace con una maquinaria especifica consistente en vibrar el tronco, para que de esta manera el fruto se desprenda antes y en más cantidad, ayudando a ésta el vareo manual y tan tradicional, siguiendo con una amplia mano de obra para su recogida en fardos y posterior carga en los remolques que transportarán la aceituna con rapidez a la almazara.