Elaboración y clasificación
Tan sólo 2 horas después del inicio de la jornada, las primeras partidas de aceituna llegan a la almazara, donde nuestro “maestro de fábrica”, hace una primera inspección visual sobre el estado del fruto, verificando que el mismo esté sano y con buen aspecto exterior. Posteriormente se procesa en la planta de limpieza consistente en separar la aceituna de posibles impurezas tales como hojas y ramas, mediante un ciclón que las sopla, para pasar a su posterior almacenamiento en sus tolvas de acero inoxidable y su inmediato procesado.
La molturación y el batido se realizan en frío, con temperaturas inferiores a los 21º C, y un tiempo de batido muy corto, conservando de esta manera todos los componentes volátiles, causantes de los aromas y sabores frutados que se transmiten del fruto al zumo, como si de una naranja se tratase.
Tras el batido viene la centrifugación física, que consiste en la separación la parte líquida; alpechín (agua de vegetación) y aceite, de la parte sólida; masa (hueso, pulpa,…) como consecuencia de las distintas densidades que tienen los componentes de la aceituna.
Como fase final para el procesado del aceite, éste se limpia en la centrifuga vertical, que al igual que en la horizontal, consiste en la separación líquido (aceite) –liquido (alpechín), como consecuencia de sus diferentes densidades. Es a la salida de esta vertical, cuando el maestro hace su clasificación del aceite que irá a unos u otros depósitos, mediante la cata.